Shazam! (¡Shazam!)
Bam… Zock… Pow… Así era el nivel del discurso de una historia de súper héroes. Antes de que se sofisticara, antes de que pidiera ser tomado más en serio de lo que realmente podía ser. ¿Cuándo se perdió el rumbo? ¿en qué momento caímos en un escenario de re-venta de boletos a precios absurdos? ¿en qué nos hemos convertido?
Billy Batson, un niño huérfano —ya para si no…—, trata de adaptarse al cambio de ser acogido en un cálido hogar adoptivo, cuando inadvertidamente es agraciado con el inesperado don de poderes más allá de lo que un muchacho puede desear. Lo que lo lleva por una jornada de auto-descubrimiento y aceptación de su realidad. Zachary Levi da vida a un personaje libre y sin compromiso de imagen como sí lo tienen un hombre murciélago o el último ser de una raza alienígena (ambos, con una fórmula cinematográfica cada vez más desgastada). De hecho, presenta una mejor interpretación de un jovenzuelo de catorce años que… un verdadero jovenzuelo de catorce años. Y aun con un sin fin de detalles de consistencia —como cargar con todo el peso de un autobús, tomándolo por los parabrisas— la película se defiende: es entretenida. Quizá le sobran como veinte minutos, el villano es predecible y de catálogo y el desenlace va forzado y de portazo; pero finalmente divierte y hace que las dos horas (sí, dos) que alcanza este largometraje se pasen ligeras. Trae sus obvios guiños hacia las otras historias del mismo universo, aunque no con la suficiente exposición como para que uno piense que el estudio no tenga pensado re-iniciar todo lo hecho desde lo previo a Aquaman. Y es que lo que distinguía a esta casa productora de historietas de su acérrimo rival es que sus conceptos no nos hacían perder el tiempo tratando de ser congruentes… más bien solo contando algo autocontenido y sin más horizonte que terminar de narrar la aventura del héroe salvando el día. Si pudieran continuar con esta línea desenfadada y fantástica (por su definición de lo irreal, imaginario y ficticio) y dejar de ponerse serios, lograrían darle un necesarísmo respiro al género y de paso llevarlo a un sorpresivo renacimiento. A un lugar en que no hay que ser experto en el tema para ir a las películas por el puro gusto de ir. Y les fue muy bien en taquilla, sigan así en adelante.
¿Recomendable? Sí, si requiere darse un respiro de las cintas convencionales de súper-héroes.
¿Memorable? Es quizá un personaje intrascendente en medios ajenos al cómic. Pero tiene potencial para volverse popular en esta era digital.
¿Trascendente? Puede ser que se trate del inicio del renacimiento del universo cinematográfico de DC.