Godzilla: King of the Monsters (Godzilla II: El Rey de los Monstruos)
Cuando se traslada un concepto de una cultura a otra se debe presuponer que se perderán aspectos característicos del mismo. Y ya si de por sí los aficionados nos quejamos de la pérdida de consistencia entre secuelas, peor el caso será para las adaptaciones entre países. Aunque a veces…
Luego de los eventos de la primera historia —que data del año 2014— una organización secreta ha ubicado y estudiado a los grandes monstruos que yacen dormidos bajo tierra. Y en una lucha de intereses entre facciones de distintas ideologías, estos seres despiertan para traer el caos.
La primera adaptación norteamericana (de este siglo) de este legendario gigante, si bien brindó substanciosas aportaciones al mito de Godzilla, también dejó a todos con no pocas cosas a desear. Nos dejaron con bastantes ganas de disfrutar del principal atractivo de estas películas: la destrucción gratuita de una metrópoli. Reduciéndolo a solo apenas unas secuencias deliberadamente cortas y forzando el interés de la trama a los problemas puntuales de algunos cuantos protagonistas.
A diferencia de la cinta original, que se concentra más en la situación: Godzilla y compañía no son más que fuerzas de la naturaleza. Es decir, su presencia es algo que va a pasar inevitablemente; y cuya magnitud rebasa irremediablemente nuestras capacidades, recordándonos cuán pequeños somos en el gran esquema de las cosas.
Estas observaciones no pasaron desapercibidas por la producción de esta secuela «made in Hollywood» y sus creadores le han dado una buena revisión al trabajo previo, entregando una mucho mejor segunda parte, que no destierra del todo lo hecho de su primer intento, pero sí nos regala lo que tanto esperábamos como afición.
No obstante que la «americanización» de la historia sigue focalizando la atención en un grupo específico de personajes, tampoco descuida lo que todos venimos a ver: mucha destrucción a expensas de esos monumentales choques entre colosos que no se detienen ante nada. Y aprovechando que hay catálogo, nos llevan de paseo por el mundo (a unas velocidades que a veces rompen con las leyes de la consistencia de los hechos) viendo a cada titán desplazarse en su elemento.
No debería ser secreto el pleito cantado que habrá entre este gigantón asiático y su contraparte neoyorkina. Godzilla II: El Rey de los Monstruos está salpicada de guiños a esta contienda, que por cierto ya tuvo lugar en el pasado ¿cómo de buena —o mala— resultará esta vez?
¿Recomendable? Absolutamente. Y si puede darse el gusto del IMAX no lo dude.
¿Memorable? No cuenta con escenas que vayan a ser clásicas. Es más bien como un eslabón en una interesante cadena en producción.
¿Trascendente? Va por muy buen camino este hilo de historias. Recordaremos esta cinta como «la que tenía más monstruos».