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A Simple Favor (Un Pequeño Favor)

A Simple Favor (Un Pequeño Favor)

El género ‘novela de suspenso’: complicado de hacer y más de ver. Porque para atraer al público a ver una historia para una segunda vez tuvo que ser tan bueno como para que, aun sabiendo ‘quién es el verdadero asesino’, la trama no pierda atractivo. Y estas novelas tienen que ser o muy, muy buenas o terriblemente malas. Lo que no deja espacio para los puntos medios.

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En esta historia, una aburguesada y solitaria ama de casa traba amistad con la más irreverente (pero también más sofisticada) de las madres de familia de la escuela de su pequeño hijo. Al principio, intimidada por el supuesto boyante estilo de vida de su nueva amiga, nuestra heroína guarda con reserva su confianza; hasta el momento en que le es solicitado «Un Pequeño Favor».

Vamos desde ahí, cuesta abajo con la idea. Pues le sigue a este planteamiento ‘medianero’ el equivalente argumental de un mago queriendo hacer el truco de enredar una soga con un sinnúmero de nudos, para finalmente estirar de un pase ambas puntas de la madeja y… ¡tarán! Mostrar que en realidad no hay ni un nudo. Lo que sería digno de ovación si no se notara de lejos que esa no fue una intensión deliberada.

Con varias escenas que solo acarician por la superficie un falaz erotismo y la fuerza decafeinada de una intentona por cautivarnos con un suspenso al estilo de serios ponentes de los años 90, esta intringa que tanto les costó armar por dos tediosos actos se termina desmoronando cuál castillo de arena; en que, después de todo, el rumbo de la historia parecía ya mejor burlarse de sí mismo al no encontrar un desenlace a la altura del enredo que provocó.

Algo que sí puedo conceder es el tiempo que el departamento de vestuario le dedicó al ajuar de ambas protagonistas. Aunque esto a veces rompe con la atmósfera: siempre tenían el atuendo indicado para cada ocasión. Como cereza del pastel de ‘suspenso vainilla’ al final ya sale tanto todo de contexto que el haber visto llegar a Scooby Doo en su ‘Máquina del Misterio’ no hubiera sido un completo disparate.

La vería de nuevo, ya con una actitud relajada, y degustando uno de esos idílicos ‘Martinis de Londres’.

¿Recomendable? Para ver en pareja.

¿Memorable? Por el auténtico desfile de modas que transita a lo largo de la película. Estas personas no descuídan la imagen ni en los momentos más tensos.

¿Trascendente? Nop. Lo cierto es que hay mejores representantes del suspenso policíaco.